Importancia Ecológica
El Parque Nacional Bahuaja-Sonene es hogar de una gama de fauna endémica y en peligro de extinción que incluye el ciervo de los pantanos, el lobo de crin, el jaguar y grandes poblaciones de nutria gigante o lobo de río (Pteronura brasiliensis). Se han registrado 580 especies diferentes de aves, entre las que sobresalen el águila arpía y siete especies de guacamayo. También se han registrado numerosas especies de reptiles, tales como la anaconda y la tortuga taricaya (Podocnemis unifilis).
Además de su extraordinaria fauna, Bahuaja-Sonene es también hogar de la población más grande de árboles de nuez del Brasil (Bertholletia excelsa) que hay en Perú, con más de 30.000 hectáreas de terreno. El parque también protege varias frutas nativas, que incluyen la piña silvestre (Ananás sp.) y la guayaba.
Amenazas
Si bien el tamaño de Bahuaja-Sonene disminuye las amenazas inmediatas a la reserva, la actividad humana está aumentando. La construcción de varias carreteras importantes entre Bolivia y Perú ha traído un aumento en la colonización a todo el parque. Con un acceso al parque más fácil, la sobrecaza de monos, tapires y de la tortuga taricaya, así como la tala ilegal de maderas duras, amenazan la integridad del parque. La población indígena ese’edja practica la caza de subsistencia en las zonas aledañas, pero la caza y la pesca insostenible que ocurren fuera del parque empujan a los cazadores de subsistencia hacia adentro del parque. Los métodos agrícolas de gran impacto que incluyen el uso de productos químicos y fertilizantes en las zonas de amortiguamiento de Bahuaja-Sonene contaminan el suelo y las fuentes de agua locales. Durante el proyecto PeP en Bahuaja-Sonene, la compañía petrolera Mobil de Perú exploró oportunidades petroleras en la Zona Nacional Tambopata Candamo del parque.
Una Estrategia Para el Éxito
Bahuaja-Sonene era apenas un “parque de papel” hasta 1990, cuando los recursos de PeP lo transformaron en un parque completamente operativo reconocido como uno de los sitios mejor manejados de la región. El logro más significativo de PeP en Bahuaja-Sonene es, sin duda, la promoción del santuario original Pampas del Heath a un nivel nacional e internacional que, combinada con los esfuerzos persistentes del gobierno peruano para expandir el parque en 537.000 hectáreas, dio como resultado lo que es hoy el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, reconocido internacionalmente.
A comienzos del financiamiento de PeP, el programa mejoró la protección física del parque mediante la contratación de 10 guardaparques y un director del parque, la construcción y mejora de infraestructura utilizada para el patrullaje, la visita y la investigación, la instalación de un sistema de comunicaciones por radio y la creación de un programa de guardaparques voluntario. PeP proveyó financiamiento para estudios de conservación, incluido un análisis del manejo del fuego en el área de las pampas y el desarrollo de un sistema de mapeo de la cobertura vegetal regional por medio del uso de imágenes aéreas y de satélite.
PeP ayudó a fortalecer las relaciones con los principales interesados, como las comunidades locales y el gobierno peruano. Aumentó la concientización pública sobre la necesidad de conservación en el parque entre las comunidades nativas locales y los colonos. Algunos de los guardaparques más competentes, que habían sido cazadores, ahora son los guardianes del parque. Además, Bahuaja-Sonene ha sido reconocido por su experiencia en conservación lo que ha llevado a un aumento del apoyo financiero del gobierno al parque.
PeP también tuvo éxito en el fortalecimiento de su organización socia ProNaturaleza, mediante la capacitación del personal de campo y administrativo y su junta directiva. En 1996, el director del proyecto de PeP, Fernando Rubio, recibió el premio Parker Gentry del Chicago Field Museum, por su excepcional trabajo de conservación en el Santuario Pampas. ProNaturaleza también actuó como mediador entre las comunidades locales y el gobierno local a fin de asegurar que se satisfacían las necesidades básicas de las comunidades. Con esta relación, ProNaturaleza también pudo focalizar su atención en el desarrollo sostenible y la conservación con base en la comunidad. En un caso, la comunidad nativa de Sonene participó en un proyecto sostenible de cría de tortugas: se satisfizo la necesidad de proteínas de la comunidad y se liberaron 1.435 tortugas en su ámbito natural.
La presencia de PeP en Bahuaja-Sonene resultó en la reducción de varias amenazas clave. Imágenes de satélite recientes muestran la recuperación de gran parte del bosque dañada por la tala ilegal entre 1990 y 1998. La extracción de la nuez de Brasil también está bajo control y ciertas áreas se han declarado fuera de límites para la actividad humana. La caza comercial se redujo gracias a la aplicación de la ley, y las comunidades nativas pueden seguir cazando con fines de subsistencia dentro de un límite de cuotas. El financiamiento de PeP estableció el trabajo de base para la conservación de Bahuaja-Sonene y, al momento de la consolidación del sitio, se creó el Fondo Nacional del Ambiente para apoyar las futuras actividades de conservación.
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