Importancia Ecológica
En Paracas se identificaron más de 20 elementos de conservación, testimonio de su valor biológico. Debido a la importancia del área para el turismo y la protección de los recursos marinos, su valor social y económico es también significativo. Dentro de sus límites, Paracas alberga 1.380 especies. Aunque la flora terrestre es escasa, se han identificado 54 especies diferentes de plantas. Por otra parte, las especies marinas son abundantes, con 295 especies de algas marinas, 190 de moluscos, 168 de peces y 101 de invertebrados dentro de las aguas de la reserva. Muchas especies amenazadas y en peligro encuentran refugio en Paracas, entre ellas, el gato marino o nutria (Lutra felina), en peligro de extinción, las especies de lobos marinos como el lobo de un pelo (Otaria byronia) y el lobo fino o de dos pelos (Arctocephalus australis) y las tortugas laúd o dorso de cuero (Dermochelys coriacea) y verde (Chelonia agassizzii).
Como parte de la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras, Paracas es refugio de aves playeras y alberga 216 especies. Entre las aves en peligro de extinción se cuentan el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), el flamenco (Phoenicopterus chilensis) y el potoyunco (Pelecanoides garnotii), así como especies altamente amenazadas tales como el camanay (Sula nebouxii), el piquero peruano (Sula variegata), el piquero enmascarado (Sula dactylatra), tres especies de guanay (Phalacrocorax spp.), el bandurria de cara negra (Theristicus melanopis), el cóndor andino (Vultur gryphus), el halcón peregrino (Falco peregrinus) y el rayador negro (Rynchops niger).
Amenazas
La amenaza más significativa para Paracas continúa siendo el uso descontrolado de sus recursos marinos. Paracas está plagada por la contaminación y los desechos descargados por las industrias de harina de pescado, los visitantes, los pescadores y los residentes. La pesca comercial y el turismo prosperan en el área pero casi no existe regulación.
Una Estrategia Para el Éxito
Cuando comenzó el financiamiento de PeP en 1999, Paracas tenía personal, infraestructura, recursos operativos y equipo limitados. Desde entonces, la reserva contrató a 19 individuos para su personal permanente y desarrolló un exitoso programa de voluntarios que cuenta con 20 guardaparques durante la temporada de verano. PeP también mejoró de manera permanente las comunicaciones y las operaciones del personal con equipos de fax, computadoras, impresoras y cursos de capacitación.
Se prestó mucha atención al área marina de la reserva; la primera investigación marina de ésta se realizó en la Playa Mendieta, un área frágil de rica biodiversidad. Los pescadores locales participaron en un programa de intercambio en el cual se comprometieron a frenar las actividades insostenibles de pesca a cambio de la asistencia de PeP en el desarrollo de nuevas empresas compatibles con el medio ambiente.
PeP coordinó con funcionarios locales, organizaciones privadas y de base y con las comunidades a fin de fortalecer la conservación local y la capacidad de manejo sostenible de los recursos en Paracas. El gobierno peruano, el personal de Paracas y PeP llevaron a cabo campañas ambientales para limpiar las playas, condujeron talleres de capacitación locales y mejoraron el sistema local de manejo de los desechos.
PeP también apoyó las actividades de turismo sostenible en Paracas, elaborando documentos que provean a las comunidades locales información para diseñar empresas sostenibles. Se creó un plan para atraer turistas a otras playas en la zona de amortiguamiento a fin de reducir los impactos dentro de la reserva.
Después de la consolidación del sitio de Paracas en 2002, The Nature Conservancy continuó apoyando el trabajo de conservación de ProNaturaleza en la reserva y ayudó a esta organización a explorar nuevas estrategias que aseguren el manejo a largo plazo de Paracas
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